martes, 11 de mayo de 2010

Tatuajes de viento: Ensayo



Tatuajes de viento es una recopilación de de varios cuentos, o por a si decirlo son fragmentos de pequeños sueños que obtuvieron vida al ser plasmados en unas hojas,
Al principio hablan de alguien, no sabría decir quién es, pero me imagino que es una mujer que poso para su pintor, y desde allí se despliegan un mundo de emociones alta mente emocionante donde se hace extensa la lectura y no se llega a captar tantos momentos vividos o no vividos en la mente del autor de estas líneas.

Casi desbordante, al punto de enloquecerme, no sabría que escribir, mi mente se en nubla, tatuajes de viento es mucho más que unos emocionantes cuentos, mucho más que caminos sin norte, espero resolver cuán grande enredo, que mi mente se disipe y así poder hacer en tan mencionado ensayo para Víctor Raúl. Así que haré un trato con tigo palabras de viento, tratare de entender tu susurrar y hablare de lo más dispuesto para el alma.

“hay antiguos rumbos dispuestos para el poema” donde el poema quizás no sabría qué camino coger, derecha, o izquierda, sur o norte, rumbos verticales y horizontales, donde la soledad camina acompañada de las hermosas melodías de aquellos escritores que tantas noches escribieron para ellas, sus amantes, o para lo que sea, el poema siempre estuvo presente.

Ahora si mis queridos vientos se despeja mi mente “dicen que el cielo tiene la verdad y que para acariciarla de debe acariciar con el pétalo de una rosa” ¿dónde queda el cielo? ¿Cuál sería la rosa perfecta para acariciarlo? Roja, o blanca o color rosa, no lo sé, dicen los comentarios de pacillo que hay tres cielos, cielos que la verdad no conozco, necesitaría entonces tres rosas para contemplarlos… una roja, una blanca, y una color rosa. Es “por eso que los hombres han abandonado la verdad y miran al cielo o los cielos y esperan la

Señal del fuego” un fuego que no consume, un calor que no quema, una llama que no genera calor, ese es el fuego que cae de los cielos.
-“siempre estuve compendia de mi temor al verla cruzar el umbral” el lumbral de los vivos, de los muertos, de los que no están ni vivos ni muertos, explícate mis queridos vientos de que temor ella habla, al ver cruzar a su tía por el lumbral de lo inesperado.

Aunque la “tía Sara nunca imagino que en casa sería alguna vez la anfitriona de la tristeza y el pesar” ¿anfitriona de la tristeza? Abrecé visto, ya me imagino a tía Sara invitando a cenar a la señora amargura, a la joven soledad, a la señora de don desespero, y la joven desolación, invitándolas a tomar el té, hay si tía Sara sería la mejor anfitriona de la tristeza, donde reía y mostraba sus dientes color mostaza, esa gran sonrisa se desvanecía en el pasar de los años y en un oscuro humor que nunca la cambiaría, ese era el destino de tía Sara.

UNO, DOS, UNO, DOS, TRES, UNO, DOS, TRES, CUATRO, CINCO, SEIS, SIETE, OCHO, NUEVE….
Números de emoción donde se expresa el grado más alto de sensibilidad animal, porque eso somos, animales humanos, pensantes y contando del uno al diez nuestras suertes, nuestras dichas, frustraciones, y alegrías.
Los sueños se hacen casi realidad, exclamo casi porque los números son infinitos y lo infinito no existe, es rebelde y esquivo, cansa contarlos, por eso los más importantes son los primeros, los primeros escritos, el primer amor, el primer vuelo, el primer desenfreno, eso son los que quedan en la memoria, esos son los números memorables, son los tatuajes de viento que son imborrables.

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